Pharrell Williams es un
personaje realmente interesante. Conocido también como “Skateboard P”, es un
cantante, compositor y productor bastante experimentado, habiendo trabajado en
canciones con artistas de la talla de Michael Jackson, Britney Spears, Swedish
House Mafia y hasta Tyler the Creator. También ha trabajado con el dúo francés Daft Punk con los cuáles grabó el éxito del 2013 “Get Lucky” y “Lose Yourself
to Dance”. Compuso su otro éxito “Happy” para la película “Despicable Me 2” que
además sorprendería con su video musical de 24 horas hecho por miles de
personas alrededor del mundo y que consistía en una o más persona bailando
mientras transitaban por una calle. Hay que decir también que es empresario y
que es co-fundador de varias empresas de ropa y joyería.
En esta oportunidad,
Pharrell rompe una sequía de ocho años con su nuevo álbum: G.I.R.L. Como su
nombre indica y como Williams aclaró, éste álbum es una oda neo-soul a la
mujer, como si eso no pudiera sonar más sexual que “50 Sombras de Grey” narrado
por Barry White. Incluye colaboraciones de Justin Timberlake, Miley Cirus, Daft
Punk y Alicia Keys para darle a este proyecto un sonido más pop y más R&B. Todo
comienza con una suave melodía romántica que pone el primer trazo en el lienzo
de éste disco, mostrando que es un álbum de amor hacia el género femenino. A
partir de ahí, es un viaje tumultuoso entre canciones divertidas, movidas e
ingeniosas y canciones repetitivas y aburridas. Los instrumentales de este
proyecto son suaves y divertidos, mostrando lo ingenioso que Pharrell puede ser
en este rubro, pero en algunas canciones llega a ser fastidioso e incómodo. Por
otro lado, en el aspecto lírico, Pharrell flaquea bastante. Sus letras son
simples, pero no tanto como otros trabajos típicos del Pop, por lo que no son
terribles, y las colaboraciones en algunas canciones son bastante irrelevantes
mientras que en otras son increíbles. Éste es un álbum que oscila tanto entre
lo bueno y lo malo que realmente no sé si amarlo, odiarlo o simplemente dejarlo
ir.
Comienza con mi canción
preferida: “Marylin Monroe”. Tiene un estilo bastante groovy con ese
instrumental de violines tan delicioso y las letras que, a pesar de ser
simples, van muy bien con el ritmo de la canción. Tiene un coro bastante
pegajoso y que aún me cuesta sacar de la mente pero existe un interludio entre
los dos últimos coros que le quita un
poco el gusto a la canción, ya que sale de la nada, haciendo que pareciese que
Pharrell olvidó qué poner entre esos dos pedazos de la canción. Le sigue “Brand
New”, que es uno de los baches de éste álbum, en mi opinión. Es como un intento
de imitar el estilo de Daft Punk, repitiendo un sample de trompetas en el coro
constantemente, tanto que llega a ser fastidioso y cacofónico. La colaboración de Justin Timberlake es irrelevante
y sus versos son aburridos. Nada más el pre-coro hace que esta canción no sea
terrible, con un sonido suave, alegre e introductorio para lo que debería ser
un coro más trabajado y original. El paseo de Pharrell continúa con "Hunter", que
es una canción sumamente interesante, ya que toma una melodía country y la
combina con los sintetizadores clásicos del funk/disco. Pharrell le da un valor
agregado con su voz a esta canción que
me resulta bastante divertido, pero aún así, vuelve a caer en un repentino
vacío de letras en los versos, de nuevo, como si se olvidase qué decir después
de eso, y entonces “Gush” entra sin pedir permiso. La melodía Funk/country
anterior apenas termina y de repente empieza una melodía soft rock creando una
disonancia algo incómoda. Esta canción me recuerda mucho a “Get Lucky” pero más
lenta, principalmente por la guitarra que usa en la canción y el ritmo simple;
una canción bastante “meh” en cuanto a producción y en cuanto a lírica, pero
sobreviene el próximo subidón del álbum: “Happy”. La producción en esta canción
es excelente comparada con la anterior y realmente desprende esa vibra de
felicidad que Pharrell quiere contagiar. Todo en la canción es bueno, tanto el
acompañamiento, con una melodía en el bajo simple pero que aporta montones al
trabajo, como la voz de Pharrell y el coro que le apoya; todo en la canción me
incita a bailar y ser feliz; y en esta oportunidad, Williams hace una buena
transición y nos presenta a “Come Get it Bae” con otra melodía country/funk más
movida que en “Hunter” y con la añadidura rasposa y ruda que es Miley Cirus, la
cual le da un toque rústico a la canción bastante interesante. Aún así, el
segundo verso de Miley y el coro son un poco débiles, en mi opinión. Y el
experimento continúa con “Lost Queen” con un ritmo marcado por bombos y un
canto gutural que le da un sonido exótico a la canción, que pega muy bien con
la idea de una reina perdida en un planeta extraño. La canción es suave,
relajante y culmina con un interludio compuesto por el sonido de olas, que cada
vez se hace más fuerte como si una tormenta se acercase, entonces aparece “Freq”
que es el epílogo a esta canción y una de las mejores canciones del álbum. La
producción es muy creativa, la composición rápida de violines da un acento hermoso
y la forma en la que Williams canta hicieron que me relajase bastante. La
genialidad continúa con “Know Who You Are”, una producción sencilla pero a la
vez sencillamente preciosa. El ritmo del bajo en combinación con la guitarra y
el coro de fondo, realzan las voces de Alicia Keys y Pharrell haciendo de esta
canción una muestra increíble de R&B y de lo bueno que puede llegar a ser
Williams tanto como productor como cantante. Llega “It Girl” en un momento en
que no sé como sentirme con respecto al álbum de tanto subir y bajar, pero no
decepciona. Más R&B con un instrumental digno de su creador y con una letra
que, en su simpleza, tiene perlas como “Your waves, they wash all over me/Your tides,
they pull me back to sea” que hacen a la canción una experiencia relajante y
divertida al mismo tiempo, y aunque es discutible que el falsetto de Pharrell
puede quitarle puntos a la canción, a mi me pareció que da un afilado al estilo
de la canción.
En mi opinión, éste
álbum es un 6.5/10. Williams ciertamente es un productor muy creativo e
innovador y es te álbum lo demuestra con los experimentos que lleva a cabo en
él, pero la falta de trabajo en sus letras y los instrumentales fastidiosos y
faltos de inspiración en ciertas canciones, hacen que su álbum carezca de
“genialidad” por así decirlo. Mi recomendación es que lo compren, lo oigan y
saquen sus propias conclusiones.
P.D: Barry White nunca
sacará un audiolibro de “50 sombras de Grey” ;~;